Balance Vida-Trabajo vs. Trabajo-Vida

Sigo siendo abanderada de como dice Sir Richard Branson fundador de Virgin, ”Cuida de tus empleados, y ellos cuidarán de tu empresa”. Hay que formular una cultura dentro de las empresas donde el cuidado, la prevención y el bienestar de las personas debe ser prioridad 1, y con un buen presupuesto para operar en este frente.

Sin embargo, desde ese revolcón que nos pegó la pandemia, el mundo laboral ha visto cómo las personas cambiaron sus prioridades, vieron que era posible no solo trabajar desde casa, sino también ahorrar (o gastar menos), y hasta tener una fuente de ingreso alterna. Esto además aceleró el proceso de nuevas generaciones de no “morirse” por tener un puesto en una empresa, lo que ha llevado a todos a cuestionarnos, cómo carambas encontramos y retenemos talento.

Desde hace un tiempo he manifestado que el discurso cambió, antes, cuando ibas a una entrevista de trabajo, como aspirante tu “pitch” de ventas era lo que imperaba en la conversación. Hoy ese “pitch” se ha convertido en un “reverse pitch”, es decir, es la empresa la que se está teniendo que vender con sus beneficios, sus horarios innovadores, y su cultura laboral que entre más “hype” mejor. Para mi esto es más positivo que negativo, siempre y cuando la balanza no se incline demasiado hacia un lado.

Es claro que el empleado tiene que estar bien para poder prosperar en la empresa y ayudar a que esta prospere (de eso no hay duda alguna). Es claro que las condiciones laborales y de cultura deben ser las adecuadas para que los colaboradores se sientan parte de algo increíble (aquí el propósito juega un papel importante). Sin embargo, ¿qué pasa cuando hay crisis o un proyecto que entregar? ¿qué pasa cuando, como en los viejos tiempos, el empleado tiene que entregar sangre, sudor y lágrimas para sacar el trabajo adelante?.

Hace poco escuché a Simon Sinek decir en un podcast: “se vale pedirle a tu equipo que se quede trabajando hasta tarde para sacar adelante ese proyecto”. Dentro de esta nueva tendencia laboral en donde es una prioridad cuidar del empleado, no debemos perder ese balance, hasta llegar a ver que el empleado no tenga como prioridad cuidar de su empresa.

Sí, debemos hacer lo que sea necesario para que el empleado realmente sea una prioridad para las empresas y los accionistas. Sin los empleados las empresas y los negocios simplemente no suceden. Seguir trabajando para que suceda esa relación vida-trabajo en todos los ámbitos y a todo nivel.

Sin embargo, también debemos hacer un llamado a cuidar esa relación trabajo-vida, y que todos entendamos que si no hay buenos negocios, no habrá empresas, y por tanto no habrá para cuidar de los empleados.