Dominar el Arte de hacer Siesta!

Te sientes agotado y además te estresa porque tienes un montón de trabajo por hacer? Después de comer a medio día es natural que nos sintamos así, bueno si además nos alimentamos con pocas verduras y con muchos carbohidratos, el escenario es desastroso! y para eso hay otras soluciones diferentes a lo que voy a hablar hoy.

Pero aún cuando nos hemos alimentado de manera balanceada, después de la comida del medio día, nuestra capacidad de concentración y cognitiva baja, y nos sentimos cansados, es el momento de hablar del poder de las siestas!

La siesta es un mecanismo poderoso para no solo descansar y poder activar nuestro máximo potencial en las horas de la tarde, ayuda también a mejorar nuestros hábitos de sueño para la noche. Hay muchas personas que prefieren no hacer siesta porque eso los vuelve más lentos o aletargados para las horas de la tarde, por eso aquí escribo unas recomendaciones para dominar el arte de hacer una siesta reparadora y que te impulse a tener un máximo desempeño en las horas de la tarde. 

Primero y más importante es alimentarte de manera balanceada. Si tu comida del medio día está cargada de carbohidratos refinados, por más siesta que hagas, tus niveles de azúcar en sangre se van a desplomar a las hora y media (aproximadamente) de haber comido, trayendo causas de problemas de salud, además de que se puede despertar la ansiedad por comer más carbohidratos, y un cansancio infame con casi nulas posibilidades de atención y concentración plenas. La recomendación es una comida con muchos vegetales (el 50% de tu plato), una buena proteína (ojo! las carnes rojas producen más letargo porque se requiere más energía para su digestión), y una combinación de buenas grasas y puede ser algo de granos o vegetales almidonados (unas papas al horno, o un poco de arroz integral).

Lo segundo es el tiempo, esto es clave! Una siesta de más de 20 minutos te provoca más letargo y cansancio, ya que provoca la inercia del sueño, que es cuando nos despertamos del ciclo de sueño profundo. Incluso, expertos dicen que siestas más prolongadas pueden estar relacionadas con mayor riesgo cardiovascular o un declive en capacidad cognitiva. El ideal es aprovechar ese momento de relajación y lograr entrar en esa fase de sueño no profundo donde disminuimos la actividad de nuestro cerebro, sin llegar al ciclo del sueño profundo. Es ahí donde aprovechamos al máximo el poder recuperador de una siesta. Así que la recomendación es poner una alarma para 15 o 20 minutos máximo. Además, el momento del día ideal para hacer una siesta está entre 1 PM y 3 PM, una siesta más tarde de las 4 de la tarde, interfiere con tu reloj interno (ciclos circadianos), y puede afectar el sueño más importante de todos que es el sueño reparador de la noche. 

Lo tercero son las condiciones, el escenario ideal. La temperatura de la habitación es importante, se sugiere una temperatura ambiente de 20 a 22 grados celsius. Además un espacio libre de ruidos y en oscuridad total. Pero si en casa o en el trabajo es imposible tener estas condiciones al pie de la letra, mi recomendación es dejarte llevar por el momento. Es decir si hay ruido, no pelees con él! enfócate en el ruido del carro o del martilleo del vecino. Cuando nos entregamos a los ruidos sin quedarnos pensando en que esos ruidos no me van a dejar dormir, eventualmente nos quedamos dormidos, y aunque no pase, por lo menos nuestra mente se enfocó en algo simple, descansó de los problemas del trabajo y cuando regreses a tus labores, tu cerebro estará despejado y listo para arrancar. 

Sacar un espacio en tu agenda para hacer una siesta puede ser el antes y el después a mejorar muchas cosas en tu vida, desde la productividad, la creatividad (tan importante en nuestra productividad y desempeño), y mejorar tus ritmos circadianos para tener mejores hábitos de sueño y mejor salud!.

Hay empresas como Google que han implementado espacios y mobiliario ideal para estos momentos. Pero no solo eso, hay empresas que han transformado su cultura organizacional a una cultura enfocada en el bienestar, generando espacios en la agenda de sus colaboradores para que la siesta sea parte de la rutina diaria. Este tipo de acciones promueven colaboradores descansados, con mayor capacidad cognitiva para toma de decisiones, más felices y agradecidos. Una vez más insisto en la importancia de diseñar un plan de bienestar que impulse a cambios en la cultura de la empresa para que la salud de las personas no dependa de acciones ocasionales, sino directrices sostenibles en el tiempo

Dulces sueños!!